Quizás muchos no sepan que el titular del citado palacio (construido en 1765 por uno de los mejores arquitectos de la época, Ventura Rodríguez) el infante Don Luis Antonio de Borbón, hijo segundo del Rey Felipe V (primer rey de España de la dinastía Borbón) e Isabel de Farnesio, pudo haber sido rey de España a la muerte de su hermano de padre, Fernando VI, ya que por el Tratado de Utrecht solamente los nacidos en España podían acceder al trono. Los hijos de su hermano Carlos III nacieron en Dos Sicilias pero al final llegaron a un acuerdo entre hermanos donde el Infante renunció al trono a favor de su hermano y su futura dinastía.
Y nos encontramos en pleno siglo XXI con el Palacio abandonado en la más absoluta ruina debido a la dejadez y caradura de sucesivos gobiernos del Partido Popular que no se han preocupado lo más mínimo de cuidar un símbolo para nuestra ciudad (pero sí de cuidar muchos de sus bolsillos). Un símbolo que podría representar algo grandioso para incluso la Comunidad de Madrid logrando ser el Aranjuez del Norte. Cuando un pueblo renuncia a sus señas de identidad, cuando renuncia en definitiva a su pasado, es esclavo de su presente y nunca dueño de su futuro. Y lamentablemente en Boadilla del Monte por este hecho, se tiene mucho que mejorar y sobre todo rectificar.
Desde esta modesta tribuna doy las gracias al concejal del partido Alternativa por Boadilla, Angel Galindo, que consiguió retirar la cesión a la voraz SGAE por parte del ayuntamiento al presentar la correspondiente denuncia ante los tribunales. Curiosamente ahora en esta campaña electoral, los grandes partidos presentan propuestas para recuperar el Palacio cuando anteriormente ha estado en el más completo ostracismo. El PSOE con un macroproyecto cultural que incluye varios edificios más y que harán que el propio Palacio pueda quedar ninguneado (me pregunto por qué razón este partido está siempre obsesionado con la construcción de edificios culturales como en Alcorcón, con el impresentable y carísimo proyecto CREAA) y el Partido Popular con un destino todavía nada concreto (como el resto de su programa electoral, por cierto).
Pues bien, yo animo a la siguiente corporación a que sencillamente recuperen el Palacio con su aspecto original, tanto interna como externamente. Que se destine a museo permanente y temporal tal y como se propone en el programa electoral de Alternativa por Boadilla, por ejemplo. Un museo que podría albergar obras no expuestas del Museo del Prado, exposiciones temporales de los museos más importantes y en definitiva un reclamo turístico que se convierta en una referencia cultural mundial. El proyecto es complejo y muy ambicioso pero si no se intenta con ilusión y determinación, nunca sabremos si se podrá lograr el ansiado sueño.
Como amante de la historia de mi país, nos encontramos ante un reto que podría hacer recuperar a Boadilla del Monte la dignidad e ilusión perdidas por unos gobiernos, cuando menos, manifiestamente mejorables.
Yo apostaría porque lo hicieran PARADOR DE TURISMO. Sería la garantía para respetar el diseño original.
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